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GHK
Foto 1

15 MARZO 2018

Gipuzkoa pone en marcha su primera infraestructura propia para el tratamiento de residuos

Epele es la primera de las infraestructuras previstas en el PIGRUG que se pone en marcha después de haber subsanado las deficiencias en el diseño de la planta. El sistema de tratamiento se completará el próximo año con las dos fases del Complejo Medioambiental de Gipuzkoa.

El Diputado de Medio Ambiente y Presidente de GHK, José Ignacio Asensio, ha visitado la planta de compostaje de Epele. Esta instalación es la primera infraestructura propia prevista en el PIGRUG que se pone en marcha para el tratamiento de los residuos de Gipuzkoa, después de haber subsanado las deficiencias en el diseño de la planta. A este respecto Asensio ha declarado que “en una legislatura vamos a completar las infraestructuras previstas en el PIGRUG, cumpliendo nuestro compromiso y superando el conflicto de los residuos provocado por EH Bildu”. El sistema de tratamiento de residuos se completará el próximo año con la puesta en marcha de las dos fases y cuatro infraestructuras del Complejo Medio Ambiental de Gipuzkoa: tratamiento mecánico biológico, valorización energética, biometanización y reciclado de escorias.

La planta de Epele dará tratamiento a 10.000 toneladas anuales de biorresiduo, aproximadamente un tercio del generado en Gipuzkoa. Con estas 10.000 toneladas de orgánico se producirán entre 4.000 y 5.000 toneladas de compost. Además, se crean un total de 9 puestos de trabajo. De esta forma, la planta de Bergara permitirá reducir notablemente la dependencia de Gipuzkoa para tratar sus residuos, disminuyendo la cantidad de materia orgánica que a día de hoy exporta Gipuzkoa y que tiene como destino las plantas de Caparroso (Navarra) e Itsasu (Iparralde).

El compost obtenido será de la máxima calidad (calidad tipo A) y servirá como fertilizante para agricultura, abono de jardines públicos, paisajismo, restauración de suelos degradados, recuperación de superficies denostadas y preparación del terreno para implantaciones de césped, entre otras.

Deficiencias en el diseño de la planta

La planta de compostaje de Epele fue inaugurada en la pasada legislatura, concretamente, en agosto de 2015. Pero la puesta en marcha de la infraestructura ha resultado imposible hasta la fecha por los graves defectos en su diseño y construcción, que han requerido numerosas obras y subsanaciones, además de una inversión de más de medio millón de euros, para que la planta fuera operativa.

En el momento de la inauguración, aún faltaba el 39% de la Obra Civil, el 31% de las Instalaciones y varios meses para el inicio de las pruebas en frío y en caliente. En febrero de 2016 se efectuó la recepción de la obra de forma provisional y comenzaron las pruebas (a ritmo de 15-20% de rendimiento de planta). En mayo de ese mismo año, comenzó a funcionar al 50% de capacidad. Durante las pruebas en frío y en caliente de las instalaciones, surgieron continuos problemas y se detectaron hasta 30 deficiencias técnicas.

Después de los meses necesarios para completar los ciclos de compostaje se solucionaron la mayoría de los problemas principales y se pudo dar inicio al proceso de licitación en diciembre de 2016. Sin embargo, en mayo de 2017 surgieron nuevos problemas originados por defectos del proyecto de ingeniería y de la dirección de obra tales como la falta de capacidad de almacenamiento pluvial (solo recogía un tercio de lo necesario); exceso de lixiviados en el proceso de compostaje; generación de grasas sólidas; fallos graves en el transmisión de temperatura; falta de protección frente a riesgo de rebose del depósito de amonio; falta de capacidad de almacenamiento de lixiviado y rotura de aristas de los canales de los túneles.

Ante esta situación GHK hizo una serie de requerimientos en función de las responsabilidades establecidas por el Informe Técnico realizado. En mayo de 2017 el Consejo de Administración de GHK acordó emprender acciones judiciales contra la UTE proyectista (Altar, Inak Ingenieritza y Eneka Estudios Técnicos) y la dirección facultativa de los depósitos de agua, ostentada también por Altair. La UTE constructora (Serbitzu, FCC y Murias) sí respondió al requerimiento de reparar los fallos.

En octubre de 2017 se firmó el contrato para la construcción de un nuevo depósito gracias al cual se subsanaron los graves defectos de abastecimiento de agua que tenía la planta para su normal funcionamiento. Esta falta de capacidad de almacenamiento detectada en el informe técnico solicitado por el Consejo de Administración de GHK, dificultaba seriamente la puesta en marcha de la planta. El depósito de agua instalado en el proyecto adjudicado por los anteriores responsables de EH Bildu, tan solo tenía capacidad para un tercio de los que debería almacenar.

A principios de este año y tras dos meses de obras y reparaciones, las deficiencias detectadas fueron solucionadas. Entre las actuaciones acometidas, destaca la construcción de un depósito de agua 450 m³ que, prácticamente, duplica la capacidad del inicialmente realizado (250 m³). Ambos depósitos están ahora operativos para asegurar las necesidades de tratamiento previstas que ascienden a 10.000 toneladas de biorresiduo al año.

Se han sustituido la totalidad de las sondas térmicas y receptores para solucionar la pérdida de transmisión de datos que dificultaban un correcto control de la producción con la consiguiente repercusión en la calidad de los lotes de compost. También se han reparado y reforzado las aristas de aireación que habían resultado deterioradas al no haber estado convenientemente reforzadas para soportar las exigencias dinámicas, químicas y térmicas requeridas en el proceso de producción del compost. Asimismo, se han instalado toldos de protección para que en los momento de lluvia intensa no se produzcan lixiviados y mejorando el aprovechamiento del agua. Finalmente, se ha instalado un filtro extraíble para solventar el problema de los ácidos grasos en forma sólida que obturaban el circuito de lixiviados.

Los fallos de diseño y dirección de obra han supuesto un sobrecoste aproximado de medio millón de euros que se reclamarán a las empresas responsables.